Por suerte o por desgracia nunca he asistido a una entrevista de trabajo, lo que no quiere decir que no haya trabajado, sino todo lo contrario.
En mi opinión, asistir a una entrevista de trabajo es venderse en décimas de segundos, por lo
que tenemos que ser capaces de controlar nuestra comunicación no verbal. La
primera imagen puede ser la última. Si ofrecemos una pésima imagen estamos
acabados.
Lo primero en lo que hay que pensar antes de acudir a una entrevista de trabajo es la forma en la que tenemos que vestirnos, siempre de manera adecuada. Algunos expertos recomiendan incluso,
pasarse por la empresa para observar la manera de vestir de los trabajadores. Es
recomendable vestirse de manera elegante pese a que los trabajadores vistan de
manera ordinaria.
En segundo lugar, es importante conocer, saber exactamente
donde vamos, imagen corporativa de la empresa, filosofía, sector que ocupa en el
mercado, puesto que vamos a ocupar, características que requiere dicho puesto,
etc.
El entrevistador realizará algunas cuestiones referidas a tu persona,
las cuáles se deberan contestar, de manera breve concisa, donde la modestia y el
narcisismo deben mantenerse en equilibrio. Haremos referencia a nuestros puntos
fuertes que tengan que ver con el puesto de trabajo al que optamos, y nuestros
puntos flacos alejados de aquellas características requeridas para el empleo, y
las actividades o métodos que utilizamos para neutralizar los puntos débiles.
En la entrevista no estamos en nuestro territorio, por lo que debemos ser
corteses, esto se aprecia en detalles como por ejemplo, esperar a que nos
indiquen que nos sentemos, y en el sitio que debemos hacerlo
Debemos advertir
si nos sentimos cómodos o no, sentarnos en el borde del sillón en caso de que
nos hundamos demasiado por el efecto de los cojines.
También existen
diversas preguntas que podemos hacerle al entrevistador, para que éste observe
que conocemos la empresa.
Existen ciertos temas tabú, que no deben ser
nombrados, en caso de que aparezcan que sea el entrevistador quien los saque y
nunca el entrevistado o de lo contrario esto podría suponer un descrédito. El
salario, el horario o la cercanía no deben ser motivos por lo que nos gustaría
trabajar en la empresa, sino por seguir creciendo tanto profesional como
personalmente.
Para finalizar, si lo creemos oportuno, preguntaremos de
manera educada cuando se sabrán los resultados de la entrevista, no es
conveniente bombardear a la empresa con llamadas y correos electrónicos esto
puede ser un punto en nuestra contra. En caso de no ser la persona elegida,
agradeceremos el tiempo dedicado y seremos educados, puesto que en un futuro
nuestro perfil puede encajar en la empresa, por lo que es importante tener una
buena relación.
Como conclusión, lo más importante es adaptarse a la que puede ser tu futura empresa ya desde el primer momento, es decir, desde la entrevista de trabajo.
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